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El outsourcing laboral y la propuesta para "desaparecerlo"

04-11-2020 / Dr. Gabriel Valencia González

El pasado 28 de octubre en la "homilía" matutina del presidente, éste anunció que enviará una iniciativa al Congreso de la Unión para desaparecer la figura del outsourcing, describiendo algo que por supuesto, es indefendible: Se ha abusado de esta figura a fin de evadir la carga tributaria tanto de Impuesto Sobre la Renta (ISR) retenido como de contribuciones sociales.

Desaparecer todo aquello que representa corrupción no es la solución, ya que de lo contrario, México se quedaría sin entidades y secretarías públicas, sin Cámaras de Senadores, de Diputados y muchas empresas privadas serían clausuradas. La solución a la corrupción es muy sencilla y está a la vista de todos: Aplicar la ley.

Nótese lo absurdo que resulta esta "limpia" a la sociedad: De acuerdo con el INEGI, 31.3 millones de personas trabajan en la informalidad, es decir, 56.2% de la población ocupada. ¿Será que ahora sí el comercio informal, que también otorga muchos empleos sin retención de ISR y sin pago de seguridad social, serán integrados a la formalidad para que cumplan sus obligaciones fiscales? ¿O sólo se trata de tener más cautivos a los cautivos, los asalariados y las empresas formales?

Por otra parte, el mal entendido régimen fiscal de los honorarios asimilados a salarios, se aplica a la vista de todos en muchas empresas privadas, pero no hay que olvidar que en muchas entidades y secretarías públicas, el capítulo 1000 (el de salarios), está infestado de personal que busca una plaza de base, pero que está contratado bajo este régimen, por supuesto sin prestaciones ni seguridad social (empezando con los notificadores del IMSS). Resulta entonces ofensivo, el decir que hay "empresas abusivas", cuando no hay que buscar mucho para encontrar otra clase de corrupción en el propio gobierno.

Si bien el outsourcing es una figura de la que se ha abusado, también es cierto que muchas empresas que trabajan de forma honesta, tienen como política crecer en operaciones, pero no en planta laboral propia; por otra parte, muchas empresas de outsourcing tienen una adecuada y honesta política de contratación, cumpliendo con sus obligaciones fiscales y laborales.

De acuerdo también con el INEGI, existen en México 4.6 millones de trabajadores contratados por empresas de outsourcing (muchos menos que los informales) y que representan el13% de la participación total de ocupados en el país. Desaparecer el esquema de outsourcing, posiblemente será una medida que no será bien recibida por muchos empresarios, pero tampoco por muchos trabajadores que podrían perder su empleo.

Si bien en el año 2012 la subcontratación o outsourcing apareció en la Ley Federal del Trabajo (LFT) para hacer énfasis en la responsabilidad solidaria del beneficiario de los servicios de los trabajadores, la figura ya existía de facto. Desaparecer el régimen de outsourcing de la LFT no desaparecerá el esquema, ya que el derecho civil no limita la celebración de contratos entre particulares, en este caso, quien requiere a los trabajadores y quien tiene la posibilidad de prestarlos. Sólo habrá nuevos esquemas y si en la iniciativa se proscribe el outsourcing laboral, a través del derecho civil se encontrarán nuevas formas para llevar a cabo una operación honesta.

Aplicar la ley es lo conducente para todos (incluidas las propias entidades gubernamentales); desaparecer todo aquello que no se entiende y no mirar hacia lo evidente, resulta ofensivo y por supuesto, corrupto.

Dr. Gabriel Valencia González

[email protected]

El autor es socio director de MV Contadores Públicos y Auditores, S.C.

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